Del 16 mayo de 2023 al 3 septiembre de 2023
Arquitectura universitaria en la pintura contemporánea. Centre Cultural La Nau. Valencia
Artistas participantes:
Lorena Amorós, Dis Berlin, Juan Cuéllar, Paco De la Torre, Carlos García-Alix, Elena Goñi, Jorge Tarazona, Joël Mestre, Roberto Mollá, Pamen Pereira, Paco Pomet, Señor Cifrián, Teresa Tomás, Nelo Vinuesa

Uno de los bocetos para la realización de la obra interactiva.

Texto sobre la obra escrito para su presentación a los comisarios:
Esta obra surge de una forma bastante experimental intentando congeniar temas que a priori podrían parecer lejanos, pero que se mezclan fácilmente en mi cabeza como parte de mi imaginario o bagaje. La premisa fundamental era el Edificio de investigación Jeroni Muñoz de los Departamentos de Astronomía y Astrofísica de la Facultad de Física del campus de Burjassot de la Universidad de València. Un edificio que podría ser cercano a mi manera de ver la arquitectura por su planta con forma de arco. Pero que, a mi modo de ver, era complicado de pintar manteniendo únicamente su esencia arquitectónica. Sin embargo, tras la visita en persona y tener la posibilidad de andar por los terrados con aparatos de medición, observatorios y antenas, decidí intentar retratar su lado científico como parte de su naturaleza. Todos los elementos que aparecen en la obra han sido recreados a partir de la visita y de los instrumentos y aparatos que fui observando y documenté.

El resultado de esta experiencia ha sido una pintura interactiva donde la arquitectura ejerce un papel principal, pero como parte del disfraz que adopta el personaje principal. Es decir, el espectador de la obra, es a su vez el retratado. Dando así pie a uno de los juegos principales del experimento, que pretende homenajear a la física cuántica con algunos guiños, como la silla frente a la caja (donde no puedo dejar de pensar que se encuentra el gato de Schrödinger), que si la levantas lo suficiente da como resultado una llamada perdida, la interactividad de la música en base a la presencia o ausencia de la persona, o la interferencia que provocan las antenas de la mano izquierda (o derecha)

Técnicamente la obra cuenta con su parte física (valga la redundancia), realizada principalmente a óleo, aunque sobre madera, lienzo y papel (debido a la experimentación que tuve que realizar para alcanzar un resultado satisfactorio) y otra parte digital, para la que se ha utilizado la API MediaPipe programando con javascript, que utiliza inteligencia artificial para detectar la posición del espectador. El hecho de combinar estas dos técnicas tan diferentes no es casual. Personalmente veo el código como una forma de arte y disfruto cuando tengo la posibilidad de dignificarlo de este modo. También, el óleo o la pintura en sí misma me parece algo tan rompedor, vanguardista o versátil como el código o la inteligencia artificial. Como dijo Marshall McLujan, el medio es el mensaje. O en este caso, al menos, parte del mensaje que he querido transmitir.
No puedo olvidarme tampoco de la parte más arquitectónica desde el punto de vista tradicional. ¿Por qué disfrazarse de edificio? Existe una especie de tradición en este sentido. Grandes arquitectos se han disfrazado de sus edificios o con formas arquitectónicas, hay multitud de ejemplos: Michael Graves, Charles Gwathmey, Richard Meier, Peter Eisenman, Phillip Johnson, William Van Allen, hasta Picasso ideó disfraces arquitectónicos en su época cubista... En la Bauhaus también se documentaron disfraces de edificios creados por sus alumnos y las formas de los ballets de Oskar Schlemmer, aunque sean más geométricas y menos “habitables” también me han influido, sin duda. Pero más allá de la tradición, me resultaba el engranaje perfecto para poder transportar las nociones de experimentación y exploración del mundo físico, desde sus inicios como arquitectura, a un contexto más científico, como la física.
La obra digital está accesible en internet en dos formatos, horizontal y vertical.
Los requisitos mínimos son:
Navegador Firefox, MAC con procesador M1, webcam permitida, conexión a internet rápida.

Física Arquitectónica (pantalla horizontal)
Física Arquitectónica (pantlla horizontal girada 90º)

Vídeo en el que se muestra la interactividad de la obra en la inauguración de la exposición

Estudio previo realizado a óleo sobre lienzo para la realización de la obra digital.

Texto del catálogo:
Si la concordancia entre arquitectura y pintura ha sido constante a través de la historia, la existente entre arquitectura y cuerpo humano no ha sido menor. Desde las cariátides atenienses hasta el modulor de Le Corbusier la arquitectura ha tenido en cuenta ese vínculo y ha encontrado metáforas anatómicas para autodefinirse como cuerpo. Los arquitectos han soñado con edificios que pudieran tener piernas y bailar. Y en el célebre baile de la Sociedad de Bellas Artes y Arquitectura de Nueva York, en 1931, siete famosos arquitectos acudieron disfrazados de sus más conocidos edificios. Al Chrysler y al Waldorf-Astoria les salieron piernas y se tomaron un dry manhattan.
Jorge Tarazona, que conoce bien esa imagen icónica del carnaval neoyorkino y de otros disfraces de edificio creados por alumnos de la Bauhaus, o los más geométricos de Oskar Schlemmer, se las ha ingeniado para ponernos en la cabeza el edificio curvo donde se encuentra el observatorio del Departamento de Astronomía y Astrofísica. Y lo ha hecho además dándole una piel pictórica a una estructura digital. Buscando vínculos con las ideas de exploración y experimentación del mundo físico, Física arquitectónica tiene algo de la criatura de Mary Shelley. Una pintura al óleo con despieces de un edificio cobra vida a través de una API MediaPipe con javascript que utiliza inteligencia artificial para detectar la posición del espectador. El resultado es una pintura interactiva que propone el código como una forma de arte y que, al mismo tiempo, exhibe el canibalismo de la pintura y su capacidad, casi de simbionte de ciencia ficción, para colonizar otros medios. 
Texto previo a la exposición publicado en la web de la Universidad:
El campus como conjunto de edificios e instalaciones que componen la Universitat de València contiene un enorme patrimonio arquitectónico nada inmotivado. Cada edificio se articula según su función particular y, al mismo tiempo, se integra en un conjunto planificado que constituye una plaza activa y abierta, una máquina de enseñar e investigar.
El campus de la Universitat de València está absolutamente imbricado en la ciudad y en su historia. Ha sido parte fundamental y testigo activo en la consecución de conquistas sociales a través de descubrimientos científicos, políticas de igualdad o huelgas estudiantiles con sus consecuentes cargas policiales en las facultades. También el cuidado y conservación de su patrimonio y su archivo documental forman parte de una historia compartida con la urbe. Pero la Universitat también ha sido esencial en la construcción de la ciudad, en su planificación urbana y en la introducción de nuevos estilos arquitectónicos. El campus de Blasco Ibáñez sería un buen ejemplo de su importante papel en el desarrollo de la ciudad. Igualmente se ha procurado que hayan ido en paralelo la función y la forma de la arquitectura universitaria, siendo un reflejo de la transmisión de cultura o de la solidez de la institución. Buenos ejemplos de ello son la verticalidad como acumulación de conocimiento en la Biblioteca de Ciencias Sociales Gregori Maians de Giorgio Grassi, las formas robustas y monumentales del edificio del Rectorado de Mariano Peset Aleixandre, o el racionalismo aerodinámico del Colegio Mayor Luis Vives de Francisco Javier Goerlich.
De cada edificio del campus emana una imagen con la que la pintura interactúa representando ideas y realidades propias. La mirada del pintor recorre la arquitectura, desde el exterior al interior, combinando una multiplicidad de puntos de vista sobre un mismo espacio y fusionando diferentes tiempos en capas superpuestas de significado. Al introducir esta dimensión temporal la pintura se muestra como una máquina de pensar idónea para generar una imagen de la arquitectura que se sitúe más allá del registro de un instante concreto, una imagen que tenga en consideración la historia del edificio y los hechos sociales, científicos o culturales relacionados con el mismo.
En Campus la pintura será un laboratorio de ideas donde elaboraremos visiones particulares de la arquitectura universitaria, caja o continente necesario para poder impartir la docencia, investigar, archivar y transmitir conocimientos. La caja entendida como referente conceptual y arquitectónico, y las visiones y mundos pictóricos que genere, será una de las líneas de trabajo por donde transitará el proyecto Campus. Los artistas seleccionados ofrecerán una diversidad de mundos interrelacionados entre arquitectura y pintura ayudados por una intensiva labor de búsqueda de imágenes de archivo, de planos y obras artísticas del patrimonio de la propia Universitat con los que se puede establecer un diálogo provechoso.
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